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nº 66, noviembre 2025

Premio librevista de ensayo 2025
“Desde América se habla”

18 hipótesis sobre los crotxs y el cielo

x Camila Mazía[1]

@camimazia


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“Los cometas son los crotxs del cielo”, leo en el libro de Baigorria En Pampa y la Vía. Pienso en las características de los cometas y le escribo a mi amigo Chacho, que no es astrónomo, pero está enamorado de la luna y de los astros: “¿Qué sabés de los cometas?”. Me manda un audio y me cuenta que están compuestos de polvo, rocas y nombra un dato que llama mi atención: los cometas son vistos desde la Tierra gracias a la luz del Sol, porque no tienen brillo propio. Rápidamente se podría pensar en los cometas como ladrones de luz, usurpadores del brillo. Si vuelvo a los crotxs, derivo por las vías del pensamiento y llego a una frase del artículo Ladrones de Rodolfo González Pacheco que dice: “Desde que se comprobó que la propiedad es un robo, no hay más ladrones aquí que los propietarios.” Primera hipótesis: el Sol es capitalista y los cometas hacen un acto revolucionario al apropiarse de los medios de producción, la luz.


Ilustración de Flavia Mauro, @flaviamauro77

Segunda hipótesis: los cometas, como los crotxs, cuestionan el concepto de propiedad privada. Tercera hipótesis: los cometas amenazan las lógicas imperantes del sistema, porque no tienen un propósito productivo, como los crotxs.

 

Caminar por caminar

Una tarde, volviendo del trabajo, descubrí que la cultura, la identidad crota, subsiste hasta el día de hoy. Me lo confirmó un músico de la línea D que comenzó a tocar la canción La guitarra de Los Auténticos Decadentes. Mientras él pronunciaba la famosa frase: “Porque yo/ no quiero trabajar/no quiero ir a estudiar/no me quiero casar”, una señora que estaba sentada al lado mío comenzó a vociferar la misma estrofa, y cuando el músico terminó la interpretación, se acercó y le dijo en voz baja, pero perceptible: “Que viva la vagancia, mi hijo, nos vemos”. Ahí lo vi, lxs crotxs estaban en todas partes.

Cuando tenía ratos muertos en la oficina, aprovechaba para buscar información en internet.  ¿Dónde se juntaban lxs crotxs? ¿O sostenían una vida solitaria? Hasta que llegué a una página llamada “Agrupación crotxs libres”, la última actividad era del 2023. Una de las principales actividades que organizaba la agrupación era la

“Caminata internacional del ocio”, evento que ocurre cada 2 de mayo y consiste en una caminata de siete metros o siete pasos. Emocionada por mi hallazgo, le conté al Pibe Piola sobre la caminata de siete metros y me respondió: “Vamos a la próxima caminata”. Unos días antes, le había comentado que estaba empezando a escribir un ensayo sobre los crotxs y me dijo que él era mi ejemplo más cercano de “ser unx crotx”. Cuando era adolescente, el Pibe Piola rancheaba a la salida del colegio con “la gente del botánico”, ahí lo bautizaron con su apodo. Al terminar el secundario, se anotó en la carrera de Artes Visuales de la UNA (Universidad Nacional de las Artes), pero antes de empezar el curso de ingreso, emprendió viaje con dos amigos, un viaje que duró siete años. “Tuve una cotorra, se llamaba Carolina, murió aplastada cuando viajábamos con una ex en un micro, fue horrible”. Desde que lo conocí, el Piola me compartió muchas anécdotas de sus viajes, y cada vez que conoce a algúnx amigx mío, comparte sus experiencias de viaje, sobre todo un hecho que fue un antes y después en su vida: la aparición de su perra. “Pochi viajó conmigo desde Colombia, cruzamos el Amazonas juntxs, la rescaté en una balsa en Cartagena”. Cuando escuché sus historias, sentí fascinación y extrañeza. A lo largo de mis veintisiete años, nunca se me había cruzado la posibilidad de viajar, ¿desertar?, dejar la vida académica, de ciudad. Cuarta hipótesis: todos tenemos unx crotx cerca. Quinta hipótesis: todos tenemos algo de crotxs.

 

Lo croto en cada uno

Una de las canciones que se solían cantar en las rancheadas dice: “Que me miren por delante/que me miren por detrás/yo soy siempre un libertario/ que va contra el capital”. Esta cita me quedó resonando. Hoy en día, ser libertario o defender la libertad hace referencia a defender el capital, la propiedad privada y la acumulación de riqueza. ¿En qué momento habrá cambiado la connotación de la palabra? Sexta hipótesis: la palabra croto persiste en su significado primero y no logra ser cooptada por los valores capitalistas, a diferencia de la palabra libertario. Esta resistencia que logra sostener la palabra, ¿se debe a su sonoridad? Croto suena a roto, cuando algo está roto ya no funciona, se vuelve inservible. Croto, roto, Coto. “Croto, yo te conozco”.

Mucha de la ropa de mi placard es heredada, todo gracias a las compras compulsivas y carísimas de mi mamá. La justificación de sus gastos exorbitantes siempre estuvo en su origen humilde. Según ella, mis abuelos nunca le compraban ropa y mi abuela, cuando tenía un resto de plata, se compraba ropa para ella misma. Esa falta en la infancia fue el origen de un armario desbordado y explosiones periódicas de su tarjeta de crédito. El sistema era el siguiente: comprar carteras, perfumes, zapatos, ropa, pagar con la tarjeta y, al momento del vencimiento, pagar el mínimo. Como polvo que se acumula en silencio, los intereses avanzaban hasta llegar a una explosión crediticia, el pago urgente de la deuda y todo de nuevo. Como un Big Bang. Séptima hipótesis: los creadores de las tarjetas de crédito construyeron el concepto de deuda, atadura. Octava hipótesis: estar en deuda y las ataduras no son algo propio de los crotxs. El Pibe Piola odia las tarjetas de crédito.

 

Lo importante es que yo pueda expresar mis sentimientos

En su canción llamada “Suerte y amor”, Gustavo Pena dice:
“Cuando te vuelva a encontrar
¿Cómo habrá sido de bien?
¿Cómo habrá sido de mal?
¿Cómo habrá sido?
Nada voy a preguntar
Solo pretendo sentir”
Según Bepo, uno de los crotxs más famosos de Argentina: “Un croto no puede tener querencia porque empezaría a sentirse atado”, sin embargo Baigorria continúa diciendo:
“Adicto a su nomadismo, consiguió (...) un compinche: el Francés. (...) Bepo y el Francés viajaron, trabajaron y pernoctaron juntos durante mucho tiempo. Se separaban y se volvían a encontrar en el pueblo de San Gregorio, junto a un molino en el cual se daban citas todos los años, para salir a crotear juntos.”
El desencuentro y el azar, el posible reencuentro y compartir en la incertidumbre. Sentir más allá de la distancia, sentir por otrx y entregarse a lo incierto. En los últimos ¿veinte? años, con el desarrollo de las fuerzas productivas, se busca eliminar lo incierto y azaroso. Modelos de predicción, estadísticas, cuantificación de emociones: me gusta/me encanta/me enoja/me entristece… Porcentajes de compatibilidad, kilómetros de distancia, edad, peso, estatura. ¿Dónde queda el lugar para el asombro? Novena hipótesis: el amor, la querencia o el compañerismo croto se rige por fuera de las reglas de la predicción y se entrega al azar, por lo tanto es un amor anticapitalista. A pesar de los desencuentros, los crotxs, en sus caminos errantes, encontraban compinches, compañeros de ruta, estableciendo relaciones amorosas homoeróticas. En su texto Socioterapia para sectores marginados, Alfredo Moffat circunscribe las relaciones de amistad de los linyeras dentro de la tradición gauchesca, donde los vínculos se centran en la lealtad entre varones amigos y dice: “Casi puede decirse que es una cultura homosexual (o unisexual), en el sentido que los vínculos emotivos más fuertes son lealtades entre dos amigos”. Décima hipótesis: el amor de los crotxs es un amor homosexual, que no es equivalente a un amor marika, queer, que cuestione la heterosexualidad obligatoria. Este amor entre hombres excluye a las mujeres y feminidades, quienes eran vistas como un estorbo a la hora de emprender sus aventuras de libertad y desarraigo. Me recuerda al libro El gran espejo de amor entre hombres: episodios entre samurai, monjes y actores. El libro comienza con un relato, donde se justifica la preferencia del amor entre hombres, por sobre el amor de las mujeres y dice:
 “(...) incluso si la mujer es una belleza de gentil disposición y el joven un individuo de nariz respingada, resulta un sacrilegio hablar del amor por una mujer a la par que del amor por los muchachos. El corazón de una mujer puede compararse a la enredadera que es la glicina: es retorcido y se curva. El de un joven puede que tenga una o dos espinas, pero es como el primer pimpollo del ciruelo en Año Nuevo, que exhala una fragancia indescriptible. La única elección razonable es prescindir de las mujeres y volcarse a los hombres.”
En este caso las mujeres, y podríamos ampliar a las feminidades, figuran como enemigas y obstaculizadoras del amor entre hombres, quienes a su vez, no pueden gozar del mismo amor y las mismas libertades que ellos. Décima primera hipótesis: a pesar de algunas excepciones, la vida crota excluye a las feminidades, ya que estas derivas implican un riesgo y una exposición peligrosa para estas subjetividades.

 

Las mutaciones del lenguaje

Las palabras y refranes crotxs están llenos de firuletes, escapes, derivas. Decir sin decir. La ironía y la perspicacia, la torcedura del sentido.
A principio del año pasado, tras un despido, comencé a buscar trabajo y me vi en la vorágine de tener que vender mi formación, mis conocimientos, mi trayectoria, mi fuerza de trabajo. En esa búsqueda me encontré con algunos requisitos con los que debía cumplir. Uno de ellos era la “comunicación efectiva”. Algunas de las propiedades de este fenómeno son: claridad, concisión y concreción. Este último aspecto es descrito bajo la premisa de ser específico sin deambular en otros detalles. ¿Cómo se logra una especificidad sin detalles? Lo específico, ¿no está en los detalles? Con el desarrollo de la tecnología, las aplicaciones, la necesidad de “efectivizar los tiempos”, se busca construir la idea de una comunicación más clara, más precisa y simple, apelando a esa claridad, a una transparencia y fidelidad del sentido de lo que se quiere comunicar, como si el lenguaje y las palabras fueran transparentes.
Ángel Borda formuló un refranero croto, donde reunió algunos refranes tales como:
Como pa’ mantener hembra de lujo: expresión para indicar una paga mezquina.

Siempre atrás, como las bolas de chancho: al que llega tarde para ayudar en algo.

Me pregunto si en estas expresiones más intrincadas no logran transmitir con mayor especificidad lo que se quiere decir. Décima segunda hipótesis: las formulaciones del lenguaje más enrevesadas son las más sinceras al sentido. Al formular ese firulete y torcer el sentido de las palabras, los refranes crotxs logran un mayor impacto, mayor riqueza en el lenguaje, escapando la literalidad de las palabras. Pensar en las bolas de chancho, como una medida de tiempo, hackea las nociones conocidas del lenguaje, del entendimiento, generando nuevas asociaciones posibles: bolas de chancho = tiempo. Décima tercera hipótesis: la falta de riqueza material de los crotxs se contrapone a la riqueza léxica de los mismos. Otro refrán utilizado es: “Más atravesado que culo de iguana” y se refiere a una persona insociable. ¿Por qué la iguana? Podríamos pensar. Cuando uno piensa en el culo de una iguana, no piensa en un ser intratable, arisco. Las asociaciones aleatorias que hacen los crotxs amplifican el sentido, permiten construir metáforas, derivas, fugas de sentido. Estas fugas potencian las palabras, evitando que las mismas se estanquen, se vuelvan puro ornamento, consigna. Décima cuarta hipótesis: los refranes y palabras propias de los crotxs rompen el sentido común del lenguaje a través de las mutaciones del mismo, logrando mantener una vitalidad y potencia contraria a los slogans de marketing.

 

El cielo nunca es igual al de anoche

Hace 31 años que vivo en la misma ciudad, mismo país, distinto barrio. Tuve una única experiencia en el extranjero, o la más significativa, a los 16 años. Gracias a un programa de intercambio que organizaba el colegio al que concurrí, me vi con la posibilidad de vivir tres meses en Alemania. En la casa donde viví estaban: Jasmin, una chica de mi misma edad, Stephan, un trabajador ferroviario y Heike, una cajera de supermercado. Stephan trabajaba por las noches y se dedicaba a mantener y reparar las vías de tren. Los Ruminski vivían en una ciudad chica en el noreste de Alemania. Recuerdo que una vez Stephan me preguntó si quería acompañarlo a su trabajo, para conocer su oficio. Fue un jueves, al día siguiente yo no tenía clases. Esa noche tenían que cambiar los durmientes. Me sorprendió lo manual del trabajo, para un país “del primer mundo”. Sin embargo, lo que más me fascinó no fue el oficio, sino el silencio y lo estrellado de la noche. Me pregunté cómo sería ese trabajo en Argentina y cuántos operarios habrían perdido su oficio luego del proceso de desmantelamiento de la industria ferroviaria que se intensificó en los '90.

Hoy me pregunto, ¿qué habrá pasado con los crotxs argentinos durante ese período? Bepo anduvo veinticinco años croteando, viajando en trenes cargueros, recorriendo el país al costado de la vía. El libro de Hugo Nario Bepo, vida secreta de un linyera comienza diciendo:

"Cuenta la vida de un hombre que durante un cuarto de siglo anduvo sobre el techo de los trenes de carga y vivió a orillas de las vías, con hambre, con frío, con penas y alegrías, en un territorio -el del ferrocarril- de 45 mil kilómetros de largo por 14 metros de ancho, el largo y angosto país de los crotxs."

Un país dentro de otro país, donde el cielo es distinto cada noche. Décima quinta hipótesis: los crotxs lograron desarrollar no solamente una cultura, sino una sociedad propia, habitando un territorio con fronteras conformes a su búsqueda y a sus derivas. “El croto es alguien que está buscando su propia estrella (...) y algún día la va a encontrar”, decía el Pibe Materia, ex croto, padre de Baigorria. ¿Una guía? ¿Una certeza en el cielo? ¿O la búsqueda persistente? Décima sexta hipótesis: aunque el cielo cambie cada noche, hay una estrella para cada crotx.

 

18 hipótesis sobre los crotxs y el cielo

Cuando empecé a escribir este ensayo, perseguí en vano la idea de desarrollar una escritura crota. En seguida me atravesó una escritura académica y comencé a formular hipótesis, teorías de la vida crota, los crotxs y los cometas, los crotxs y las estrellas, los crotxs y la querencia, los crotxs y el ocio, lo croto que persiste. Una escritura crota sería una escritura que divaga, que se sustenta con lo que hay, pero busca fugas, derivas, persigue el ocio y se retrasa. Una escritura que va al costado de la vía y construye su propio territorio, sus fronteras, una escritura marginal y marginada. ¿Puede ser leída? Escritura de los márgenes. No tengo una décimo octava hipótesis, no la formulé. Como estrellas que se apagan, fueron apareciendo las otras hipótesis, una por una. Miro el cielo, muere el brillo de una estrella y ahí surge la hipótesis. Poco convencida de esta última metáfora, le leo al Pibe Piola el párrafo. Me pregunta: “¿Por qué desaparece la estrella si aparece la hipótesis?”. Le respondo que cuando uno mira un cielo estrellado por un tiempo considerable puede ir viendo cómo se apagan algunas estrellas y ahí dice: “Murió una estrella”. Décima séptima y última hipótesis: como los ramales de los trenes que se fueron perdiendo, y las estrellas que titilan y se van apagando, los crotxs persisten en lo imperceptible, en los márgenes de la historia.║

 

Palabras clave:

Camila Mazía
Premio 2025
Concurso 2025
Crotos
Crotxs


[1] Camila Mazía nació en Buenos Aires en 1993. Es Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires, realizó una especialización en género y políticas públicas en la UNLA (Universidad Nacional de Lanús) y actualmente cursa la Maestría de Escritura Creativa en la UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero). Participó en antologías de poesía editadas en Argentina. En 2024 público La canción que duerme a los monstruos (Promesa editorial). Actualmente lleva adelante junto con Camila Reboratti un ciclo de música y lecturas llamado Ciclo Afectado.

 

 

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