Todo el mundo psiquea, dijo
Carlos Vaz Ferreira

x Alejandro Baroni



Dos clases de “pensadores”: los que manejan las clasificaciones y los que son manejados por ellas.
Vaz Ferreira en Fermentario

La robótica no es un arte demasiado exacto, señor Martin – dijo el robopsicólogo - . No puedo explicárselo detalladamente, pero la matemática que rige la configuración de las sendas positrónicas es tan compleja que solo permite soluciones aproximadas. Naturalmente, como construimos todo en torno de las Tres Leyes, éstas son incontrovertibles.
Isaac Asimov en El hombre bicentenario

Everybody lies
Gregory House, M.D. en Netflix

 

Leyendo a una/n pensadora/r, el lector elige aquellas expresiones, caminos y subrayados que más le atraen. Sabe bien que no encontrará un sistema o un conjunto sin matices, esos que conducen a los epígonos a formar tal o cual corriente, a veces enfrentadas. Debería saber que es inadecuado enrolarlo según dos o tres rasgos en uno u otro ismo, tradición o corriente de pensamiento. Cada una/o recordará varios ejemplos de este tipo de situaciones.

A Carlos Vaz Ferreira (VF) se le ha denominado “el filósofo de la inteligencia”, “de la experiencia”, “el filósofo del lenguaje”, se ha designado su lógica como “lógica de la argumentación”, “informal” y “borrosa”, a su teoría como “de la argumentación y la tolerancia” “de las clases medias”, “filosofía de la ambiguedad” y otras delimitaciones conceptuales.
Es así que se lo ha ubicado junto a la filosofía analítica de comienzos del siglo veinte, y a los analíticos que siguieron, al “primer” Wittgenstein del Tractatus, y también a su propia revisión, al “segundo” Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas, como un crítico del pragmatismo de William James, conectado al empirismo lógico, como un pragmatista del conocimiento y otras estanterías de biblioteca filosófica que me falta conocimiento, tiempo y espacio relativista para describir[1] - la nota al pie (1) recorre distintos autores con algunos comentarios e ilustraciones de lo dicho.  Puede ser salteada y luego retomada, si se desea.
No viajaré aquí por estos caminos, más bien aptos para manuales filosóficos y prácticas académicas clasificatorias. Interpreto que el adecuadamente denominado “filósofo montevideano” fue asistemático, refractario a encasillamientos en corrientes, a clasificaciones (“la clasificación ya por sí desnaturaliza la lógica viva” dice en el Prólogo de 1910) sobre todo un docente que quería enseñar a pensar por ideas a  tener en cuenta, y así trataré de seguirlo.
Dicho esto, sin oponerme a las apuntadas denominaciones o descripciones de su pensamiento – el abanico que suma rasgos y aire de familias es extenso, y la aparición fugaz y concreta es usual - me interesa describir aquí a Vaz Ferreira como un hombre que dudaba frente a sus alumnos y a quien quisiera escucharlo, un docente que se corregía públicamente y aún se rectificaba en el mismo libro o en su próxima edición, a alguien que concebía su obra en construcción, un ensayista que se detenía cautelosamente sin sacar tal vez las conclusiones posibles de sus desarrollos intelectuales, ni abandonaba una  ambigüedad necesaria para abrir nuevos rumbos  al pensamiento, alguien que enseñaba a pensar concreta y prácticamente y no temía al ejemplo para ilustrarse sin considerar a ese método a-científico, que aspiraba a corregir las confusiones más comunes, de los paralogismos más frecuentes en la práctica, que se preocupó por una enorme cantidad de problemas sociales, a un hombre que creía en el lenguaje contemporáneo de la buena conversación para expandir el conocimiento y la convivencia[2].
A la vez, me parece ver en el filósofo montevideano un introductor y seguidor de varias  visiones filosóficas cuyos aportes, que evolucionaron y se contradijeron,  necesitan relatos históricos que miren desde el presente para integrarlos en su personalidad y utilidad social. Vaz Ferreira mismo no era aficionado a la(s) historias de la filosofía, aunque sí al análisis de los contextos históricos[3]. Fue un docente de filosofía práctica, un a veces dubitativo y arriesgado estudioso y comentador de sus contemporáneos[4] - con algunos debatía, con otros no[5]-  que presenta preocupaciones a principios del siglo veinte dentro del campo de estudio de lo que se denominó filosofía analítica del lenguaje, en sus diferentes y contradictorias facetas hasta su desembarco por parte de algunas de sus figurasen la filosofía neurocientífica – estadio que Vaz Ferreira no pudo conocer. A la vez se sumergió en lo que fue después el transcurso del análisis del lenguaje o giro linguístico y resulta inútil colocarlo junto al primer Ludwig Wittgenstein o al segundo, como oponiendo uno u otro Vaz Ferreira. También se afilió  a aires de la familia pragmatista y combatió algunos puntos de vista de William James, uno de sus referentes a comienzos del siglo veinte. Al respecto del pragmatismo, la conversación que Vaz Ferreira mantuvo con Albert Einstein, de la que cabe inducir – no hay registros ni referencias explícitas sobre ella al momento – por la carta que Einstein le envía luego, puede conjeturarse que trató al menos sobre pragmatismo y de temas filosóficos que les preocupaban a ambos y que están vigentes a comienzos del siglo veintiuno[6]. Vaz Ferreira también permite vislumbrar en sus pensamientos fermentales la polémica que sostuvieron John Dewey (otro docente como Vaz Ferreira, autor de La búsqueda (busca) de la certeza[7]) con Bertrand Russell quien se negaba a soltarle la mano a Kant (como proponía hacer Vaz Ferreira) y desde mediados del siglo veinte y comienzos de este siglo la que mantuvieron pragmatistas como Richard Rorty contra analíticos como John Searle y Daniel Dennett y metafísicos sistémicos como Ernesto Laclau, o debates acerca de la conciencia y el cerebro que sostuvieron  Maxwell Bennett y Peter Hacker contra Searle y Dennett, estos últimos afines a ubicar “neurocientíficamente” la conciencia en el cerebro[8]. Y la lista de ejemplos puede ser interminable. No estoy diciendo que Vaz Ferreira haya sido “precursor” o algo así. No creo en las introducciones desde cero ni en los cambios de paradigma históricamente puntuales. Pero impulsó.  Acudo aquí a un aforismo de Ludwig Wittgentstein, en pleno tránsito hacia sus Investigaciones Filosóficas: “qué difícil es para mí ver lo que tengo ante mis ojos[9]. Debo cerrar aquí para publicar.

Vaz Ferreira, con valentía y concreción, expuso vislumbres inconclusas (¿podría esperarse otra cosa?) que están vigentes al día de hoy. Su concreción, que alcanzaba a ejemplos en debates de su momento histórico, mostraba ese esfuerzo del lenguaje por limitar y señalar particularidades distintivas seleccionadas por el pensador de determinada situación, esa acción de engrosar los detalles descriptivos y particulares, antes de juzgar o evaluar.

En el 2008, año en que fue homenajeado y se le dedicó el día del Patrimonio, se mostró que Vaz Ferreira es un hombre reverenciado, criticado por detalles y poco escuchado. Muy opinado, y por ello tal vez surgiendo todo un campo de estudio, su obra no es debidamente conocida ni estudiada por los estudiantes de filosofía y sus aspiraciones de evitar confusiones lógicas están bastante olvidados. El sostenimiento de un pensamiento divergente del amplio conjunto de propuestas de Vaz Ferreira, conjeturo es debido a una cierta repetición y seguimiento de la autoridad, el ceñirse a sistemas de turno, y algo de desconocimiento. Pero, a lo dicho, el filósofo montevideano puede ayudarnos a abrir un espacio de debate filosófico.

En lo que sigue, tomaremos textos en torno de la obra Lógica Viva, cruce de caminos del pensamiento de Vaz Ferreira pero que no agota ni mucho menos su obra, y ejemplificaremos con debates al día de hoy[10]. Pueden utilizarse los extractos publicados en http://www.librevista.com/carlos-vaz-ferreira-logica-viva.html que permiten el seguimiento de textos interactivamente con el índice de capítulos[11]. Al final, una breve conclusión.

 

El prólogo de 1910

un análisis de las confusiones más comunes, de los paralogismos más frecuentes en la práctica, tales como son, no tales como serían si los procesos psicológicos fueran superponibles a sus esquemas verbales. No una Lógica, entonces, sino una Psico – Lógica…  Sencillamente un libro ... con muchos ejemplos,  tomados no sólo de la ciencia sino de la vida corriente, de las discusiones diarias[12]
Vaz Ferreira quiere escribir ese libro, que termina siendo una desgrabación de sus clases.
Abandona la reedición de sus textos de Psicología y se embarca en una Psico – Lógica que sí puede caracterizarse como “inteligencia” como hace Ardao pero tal vez pueda considerarse simplemente como el ser humano en acción como tal, como animal humano pensante, afectivo, perceptivo, condicionado, él mismo en su conjunto[13].
En el 2005, la American Philosophical Association (APA) armó un debate entre los autores del ya mencionado libro Philosophical Foundations of Neuroscience y dos críticos de sus concepciones. El punto alrededor del cual giró la polémica fue si las capacidades de los seres humanos en percepción, pensamiento y sentimiento son atributos de los seres humanos como individuos o bien de su cerebro. La Psico – Lógica de Vaz Ferreira parece estar en sintonía con el enfoque de los autores del libro publicado en el 2003.
Bennett y Hacker hablan de la falacia (¿resuena algo?) mereológica que consiste en atribuir a las partes acciones que sólo pueden atribuirse al conjunto del que son partes. Ya Aristóteles había hablado de este error.

Un ejemplo de esta falacia puede ser el siguiente: se ha planteado - como forma de rechazo al movimiento feminista – su identificación con partes del mismo, con aquellos grupos de mujeres que reaccionan vivamente contra el acoso masculino,  que muestran su cuerpo en público, que agreden a la Iglesia católica, que extienden la idea de género, etc. Estos grupos feministas integran el movimiento feminista, pero no son su cerebro, ni su alma, ni su patio trasero. Es una parte que interactúa en la contemporaneidad de un complejo y necesario movimiento feminista.  

 

Errores de falsa oposición

Dice VF: “Una de las mayores adquisiciones del pensamiento se realizaría cuando los hombres comprendieran – no sólo comprendieran, sino sintieran – que una gran parte de las teorías, opiniones, observaciones, etc., que se  tratan como opuestos, no lo son. Es una de las falacias más comunes, y por la cual se gasta en pura pérdida la mayor parte del trabajo pensante de la humanidad, la que consiste en tomar por contradictorio lo que no es contradictorio; en crear falsos dilemas, falsas oposiciones. Dentro de esa falacia, la muy común que consiste en tomar lo complementario por contradictorio, no es más que un caso particular de ella, pero un caso prácticamente muy importante”.

Nuevamente Vaz Ferreira une los pensamientos racionales y los sentimientos en los hombres y las mujeres, separados durante siglos anteriores, cuestión aún vigente en los debates durante el siglo XX y contemporáneos entre la prevalencia del “sentimiento” o de la “razón”, cuya oposición como regla impide ver concretamente el accionar humano.

Introduzco ahora algunos otros ejemplos de polémicas actuales.

Existen argumentos, casi siempre desde la corporación de abogados y expertos en leyes que rechazan la introducción de legislación que, por ejemplo, actúe con mayor severidad ante el femicidio. “Las leyes ya están”, “un femicidio no es más que un homicidio” nos dicen después que tres mujeres son asesinadas por mes a manos de sus ex parejas.  No debería verse una oposición teórica entre los derechos de las mujeres y las acciones positivas ante un problema y los derechos de los humanos cualquiera sea su sexo o género. Desde luego, las acciones legales deben mostrar eficiencia.

Otro ejemplo: ante cada Rendición de cuentas, se renueva el debate entre el pedido de un mayor “presupuesto” para la educación y un reclamo de una mejor “gestión” de la educación. Cuando Vaz Ferreira enseña que el arte de la “exageración” se ha hecho un “hábito mental” sustituyendo el análisis concreto y la consideración de “grados” de importancia, el que haga tal cosa puede ser acusado de “indefinido” o “indeciso”, “ambiguo” o “sin rigor”.

Otro ejemplo de falsa oposición es aquella que se coloca entre los jóvenes, oponiendo a los fuzzies contra los techies, según lo cual habría universidades o facultades en uno u otro bando. La enseñanza “humanista”, “artística”, “poética” versus la formación “científica” se oponen un día sí y el otro también.

 

Cuestiones de palabras y cuestiones de hechos

Dice VF, recurriendo a un ejemplo que da William James:
“Una ardilla gira alrededor del tronco de un árbol, y una persona gira también alrededor del tronco con la misma velocidad angular que la ardilla y manteniéndose siempre del lado opuesto a ella. La cuestión era esta: si la persona que da vueltas en esas condiciones, rodea o no a la ardilla.
“Ahora bien; para analizar estas cuestiones y saber si son de hecho o de de palabras, nosotros debemos hacer lo siguiente: preguntarnos si los que discuten admiten o no los mismos hechos”.

Entramos en una zona del pensamiento en la cual Vaz Ferreira vislumbra pero no logra alcanzar consecuencias que se extrajeron luego del “giro linguístico” en el siglo veinte. Mantuvo una distinción entre hechos y palabras sin alcanzar a afirmar que la descripción de los hechos por medio de las palabras es la que construye los hechos.
En esta dirección, recurro al Profesor Mario A. Silva García quien escribió acerca de los hechos: “¿Cuál es el significado de la noción de hecho en filosofía? Nos parece muy difícil que pueda aceptarse la posibilidad de un hecho puro a estudiar.
“Por el contrario, la superación del realismo se produce cuando se abandona el hecho, el dato, como punto de partida para ir a la construcción racional, volviendo de allí al dato. Es lo que se advierte, por ejemplo, en la obra de Dirac. “Una noción como la de masa negativa no tendría ningún sentido se tratáramos de apoyarla en intuiciones realistas; no es una idea que se pueda considerar como la afinación de un hecho bruto, como lo entendían Meyerson, Poincaré, y también Vaz Ferreira.
“El error proviene a nuestro criterio de una misma fuente: creer que hay una realidad existente por sí, a la cual se superponen en el pensamiento diversos planos de abstracción. Es sobre la base del primado de la idea de realización sobre la idea de realidad que debemos entender la evolución del pensamiento e interpretar los aportes de la ciencia de nuestros días”.[14]

Vaz Ferreira entrevé: “Los pragmatistas han visto con justeza y con profundidad, y han descripto con un talento incomparable. Si no han descubierto, por lo menos han puesto de relieve de una manera interesantísima y profundamente sugestiva la existencia de lo que podríamos llamar cuestiones plásticas; han visto que lo que llamamos realidad o verdad no es siempre algo que se imponga al espíritu; han visto que hay ciertas clases de realidad, ciertos casos de realidad, mejor dicho, en cuya creación nuestro espíritu tiene un gran papel. Pero han generalizado demasiado su observación”
Silva García comenta: “Por otro lado, hay en Vaz Ferreira un recelo a extraer consecuencias prácticas excesivas de ciertas teorías.
“Pero en los ejemplos examinados por VF nos parece que hay una cierta desatención de los que significa la consecuencia práctica en el campo de la filosofía y esto se pone de manifiesto cuando VF hace el examen del pragmatismo, pues allí es evidente su dificultad para desprenderse de los criterios tradicionales.
“Vaz Ferreira critica el sofisma dinámico de acuerdo  con el cual W. James se pasaría de un criterio estrecho de las consecuencias, es decir, teniendo en cuenta solo las inmediatas, previsibles... No aceptamos esta crítica porque en una apreciación global del pragmatismo, el primer criterio se abandona y el investigador pragmatista actuará a ciegas de los resultados y su acción será semejante a la del que busca la verdad porque sí. Acción semejante, no igual…
“El pragmatista se ocupa esencialmente de tratar todo aquello que cae y puede caer bajo la experiencia y esa preocupación ha tenido resultados magníficos en las propias investigaciones de W. James en los cuales la noción de experiencia ha resultado enormemente enriquecida.
“A nuestro modo de ver, pues, hay que considerar como verdadero el criterio amplio en cuanto a las consecuencias prácticas”.[15]

Es en el ensayo Un paralogismo de actualidad que donde se revelan los avances anticipatorios y los frenos de Vaz Ferreira en torno del lenguaje: “Lo que se desprende más fundamentalmente de este afinamiento moderno del sentido crítico, de esta adquisición de hábitos de análisis, de nuestra manera matizada de interpretar las fórmulas verbales, es un hecho de significación esencialmente optimista: que vamos aprendiendo a usar cada vez mejor el lenguaje; que cada vez nos dominan menos las palabras, y cada vez las dominamos más. Al comprender que, con fórmulas verbales no podemos en todos los casos expresar la realidad, ni trasmitir nuestros estados mentales sino por aproximación, aprendemos a usar mejor nuestro instrumento de expresión, y éste se ha vuelto, a la vez, muchísimo menos peligroso y muchísimo más eficaz”[16].

Vaz Ferreira valora las palabras, el lenguaje, independientemente de sus consecuencias prácticas. En 1953 – pocos años antes de su muerte – se publicaron las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein, autor que VF no cita. El fragmento 546 de esa obra incluye en alemán la frase Worte sind auch Taten, que ha sido traducida como “Palabras también son actos” y como “Palabras también son hechos”[17] por distintas ediciones.

Un ejemplo: se discute si Uruguay fue campeón mundial de fútbol cuatro veces o dos veces. Los que suman cuatro incluyen las dos conquistas olímpicas de 1924 y 1928. Los que suman dos las restan.  ¿Dónde está la diferencia, en las palabras o en los hechos? La diferencia está en la descripción de la historia de los mundiales, discrepando dos visiones que usan distintos criterios en su lenguaje.

 

Cuestiones explicativas y cuestiones normativas

Dice Vaz Ferreira en Lógica viva: “Los problemas que los hombres discuten, podrían, más o menos esquemáticamente, dividirse en dos clases: a veces se discute cómo son las cosas o sobre cómo pasan los fenómenos; otras veces se discute cómo se debe o conviene obrar.
 “Podríamos llamar a los primeros, problemas de ser, o problemas de existencia, o problemas de constatación, o problemas de explicación; a los segundos podríamos llamarlos problemas de hacer, o de acción, o problemas de conveniencia (a los cuales podrían agregarse los problemasde ideal, relativos, no ya a cómo deben hacerse las cosas, sino a cómo sería deseable que fueran); o bien, todavía, problemas normativos, etc.
“Lo que interesa es dar una idea de las dos clases de cuestiones.
“Ahora bien: el paralogismo que vamos a estudiar, resulta de la tendencia de los hombres a asimilar unos problemas a otros; a buscar “la solución” de los problemas normativos, en el mismo estado de espíritu y con el mismo designio con que se busca la de los problemas explicativos o de constatación; a creer que es forzoso que tengan soluciones perfectas; a suponer que habría que encontrarlas”.
Una cita más: “Suponer que la distinción que establecemos entre lo conceptual y lo empírico es una distinción epistémica sería una muestra de total incomprensión. Esta distinción no se infiere de cómoconocemos las respectivas verdades, sino del papel de la proposición en cuestión: si es normativa (y constitutiva) o descriptiva”. ¿Es este un texto de Vaz Ferreira?. No. Fue escrito en el 2008.[18]
 
Uno de los ejemplos sobre esta distinción que coloca Vaz Ferreira es el problema social: individualismo, anarquismo, socialismo son elecciones para resolver, y sus combinaciones podrían ser innumerables. Su veta práctica emerge nuevamente: “en las explicativas, quiere decir averiguar, comprender, explicar cómo es algo, esa solución es  teóricamente una y perfecta, en tanto que en las normativas, la palabra “solución” quiere decir otra cosa; significa o comporta elección; y sólo es dado elegir, en la mayor parte de los casos de la práctica, lo menos imperfecto…”
No se le escapa que en las investigaciones descriptivas las soluciones pueden no ser una y perfectas, pero cuando intervienen las definiciones morales, políticas, de gustos y tradiciones, habrá que elegir, democráticamente. Nada más y nada menos, nos invita a reconocer estos dos campos del debate, distintos e interrelacionados cuando se concreta. 

Un ejemplo: el pensamiento normativo de que el Poder Judicial dice la verdad cuando juzga es defendido al día de hoy. En Moral para intelectuales Vaz Ferreira dice: “Primera actitud: considerar la ley como una entidad augusta, profundamente respetable en sí misma; y segunda actitud, considerar la ley, considerar todo ese conjunto de prohibiciones, de restricciones, de trabas a la libertad humana como un mal más o menos necesario.
“Las consecuencias de la actitud que se tome, son sumamente importantes. El que se ponga en estado de espíritu de sentir la ley como inmensamente respetable en sí misma,  generalmente está en grave peligro desde el punto de vista moral.
“La otra actitud, la de considerar la ley como un mal menos malo que la ausencia de leyes, como un mal más o menos necesario, es infinitamente más humana y más fecunda en consecuencias verdaderamente morales”.[19]

Otro ejemplo de pensamiento normativo unilateral y reduccionista es considerar la superintendencia del “sistema” de partidos políticos sobre la polis. La emergencia de movimientos sociales caóticos, efímeros, puntuales, sin representatividad clara, resulta inoportuna para esa normatividad. En su lugar, conviene pensar en la polis como el encuentro de todas las manifestaciones sociales y políticas que resuelven sus problemas con distintas metodologías y explicaciones, en ambientes democráticos.

 

La falsa precisión

Ironiza Vaz Ferreira en Lógica viva: “Hay ocho clases de objetos conocibles, hay ocho métodos: son de tal modo”; aprendemos esto, lo repetimos, ¡y se acabó la ciencia!”.
La precisión en el lenguaje es más que deseable, tomando en cuenta la inevitable imprecisión que en algunos casos puede medirse. La exactitud puede encontrarse en el campo de los números enteros y el de las fracciones “racionales”. Los otros números cargan con la historia y la estigmatización de ser “irracionales”.

Sin embargo, todavía hay facultades de ciencias “exactas” al comienzo del siglo veintiuno. Seguramente no incluyen la enseñanza o la investigación en termodinámica estadística, física y química cuántica, no resuelven ecuaciones diferenciales de varias variables, algoritmos de inteligencia artificial, estadística matemática, cálculo de probabilidades o grados de incertidumbre, nunca midieron distancias astronómicas o comportamientos cerebrales.

 

Falacias verbo – ideológicas (algunas)

Aquí Vaz Ferreira discute el principio del tercero excluído. Nos dice: “Existe en la lógica tradicional un principio llamado principio del tercero excluído, según el cual, de dos proposiciones contradictorias, una tiene por fuerza que ser verdadera y falsa la otra. Expuesto en otra forma, que significa lo mismo, dice este principio que una proposición tiene que ser verdadera o falsa, sin término medio posible”.
El filósofo montevideano, siguiendo a John Stuart Mill se aparta de la gran carretera de usuarios de la lógica aristotélica en el campo de la vida humana, de la obligación de que un juicio sea verdadero o falso, excluyendo la consideración de que dos posiciones puedan ser válidas sin excluirse y las dos muestren alguna clase de sentido. Puede añadirse a esto que aún en el campo de las matemáticas, el principio del tercero excluído no es aceptado por todos. El afán reduccionista lógico lleva a simplificar, abstraer y correr el grave riesgo de no entender cómo evolucionan las sociedades, con derroche de soberbia cientificista.
Luego, Vaz Ferreira en ésta no se queda corto: “Ahora, saliendo de estos ejemplos pequeños, ¿quieren ustedes uno grande: el más grande de todos?
“Casi toda la metafísica, casi toda la filosofía tradicional, es, tal vez, un vasto ejemplo, una inmensa ilustración del paralogismo que estamos estudiando.
“La gran mayoría de las demostraciones clásicas de las tesis metafísicas, son un caso de esta falacia, pues consisten en admitir una tesis y darla por probada con la demostración de que la tesis contraria nos lleva a absurdos, a contradicciones, a inconsecuencias o a imposibilidades, sin tener en cuenta que posiblemente las dos tesis están en ese mismo caso”.
Vaz Ferreira usa varias acepciones de lo que sería un “absurdo”: contradicción, sin sentido, inconsecuencia, imposibilidad.[20]

El uso de la distinción metafísica entre “forma” y “sustancia”, la búsqueda de la sustancia de una cosa, de su “esencia”, de su “naturaleza” de la destilación que omite sabores y aromas, de la insistencia en el “infinito”, esa tarea metafísica aburrida que intuyó Stuart Mill y confirmaron todas las investigaciones actuales dubitativas acerca de los componentes de la materia, que descartaron cualquier “infinito”.
Y el dubitativo pasaje de un procedimiento finito a un resultado infinito es hoy pan de todos los días.

 

Psicología y lógica de las clasificaciones, y falacias verbo – ideológicas relacionadas

Dice Vaz Ferreira: “las reglas de la lógica clásica son rigurosamente exactas; pero solo bien aplicables para los casos en que los términos puedan usarse como los términos matemáticos; para los demás casos, no son en rigor aplicables (aunque puedan serlo prácticamente como aproximaciones).
Los hechos fundamentalmente olvidados por la lógica clásica eran dos: el carácter fluctuante, vago y apenumbrado de las connotaciones de los términos, y la no adecuación completa del lenguaje para expresar la realidad”. p. 218 de Lógica viva. Invita luego a leer un estudio suyo titulado “Un paralogismo de actualidad”, publicado en Fermentario, vol X de Obras completas, pp.130-154.
Comienza VF: “El paralogismo consiste en atribuir a la realidad las contradicciones en que a menudo se incurre, y muchas veces es forzoso incurrir, en la expresión de la realidad; en transportar la contradicción, de las palabras a las cosas; en hacer de un hecho verbal o conceptual, un hecho ontológico”. En la página 133, redescribe el error, es “objetivar ilegítimamente, esa contradicción, en atribuirla al ser, en pensar como contradictoria en sí a la cosa de que no podemos hablar (en términos de cierta generalidad) sin contradecirnos”.
No es estrictamente como “mejor no hablar” del Wittgenstein en el Tractatuslógico -philosophicus[21], VF es preciso cuando se puede y habla de que no se puede hablar “en términos de cierta generalidad sin contradecirnos”. Estos textos se han vinculado acertadamente con una Conferencia que VF dictó en Buenos Aires en 1939 Transcendentalizaciones matemáticas ilegítimas y falacias correlacionadas, Vol XI de Obras completas, 1963, pp. 68-102, donde insiste en separar el campo de la matemática, la lógica matemática y la físico matemática de las cosas “como son”. El Profesor Enrique C. Caorsi señala acertadamente que depende de si el pensador proyecta  su lenguaje sobre el mundo o se abstiene. Si lo hace incurre en esta falacia[22]. El Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas decididamente se abstiene. VF aquí está por la abstención y se aleja del objetivismo científico, realismos varios y pretensiones de conocimiento de la “realidad”, lo que desde luego no le impide formular, investigar y desarrollar conocimiento que será materia de conversación (compleja) entre humanos.[23]
El Dr. House, en la serie que puede verse hoy por Netflix, repite  “Todo el mundo miente”. Si se saca de la frase el mentir deliberadamente, queda “Todo el mundo no dice la verdad” y si se le saca la palabra verdad, queda “Todo el mundo dice su versión, explicación o teoría”. Util o inútil, esa versión confronta, espera, provisoriamente, otra versión o muchas, tal vez mejores, más comprensivas, más verificadas, más adecuadas, y así sucesivamente, mientras se aplica prácticamente lo que haya que aplicar.

Dos investigadores experimentales hacen sus observaciones. Uno dice: “la placa es azul”. El otro dice: “la placa es roja”. Afinan sus observaciones y les resulta que el color del espectro de luz electromagnético está entre el azul y el rojo, dentro del margen posible de error de medición.

 

Pensar por sistemas, y pensar por ideas para tener en cuenta

Vaz Ferreira piensa en la filosofía del futuro: “Imagínense Ustedes que un Kant no nos hubiera dado solamente su sistematización; imagínense que pudiéramos hoy saber, no sólo de las divisiones que hizo Kant, cómo separó su espíritu en compartimientos, cómo puso tabiques y cómo dijo que A era esto, que B era lo otro y que C se dividía en primero, segundo y tercero, sino que hubiéramos sabido lo que Kant dudaba, y lo que Kant ignoraba; y sobre todo cómo ignoraba: cuán provechoso nos sería esto, para fermento pensante. Las teorías de Kant han hecho su bien; han hecho también su mal; y ha llegado un momento en que han dejado tal vez de ser útiles para la humanidad; pero aquel fermento pensante hubiera sido de utilidad eterna. Si pudiéramos ver la franja psicológica, la penumbra, el halo, lo que hay alrededor de lo absolutamente claro; si pudiéramos saber hoy, por ejemplo, cómo piensa un Bergson, qué dudas tiene, en qué contradicciones se ve a veces envuelto (de las que se salva con tal o cual artificio de lógica…) Ése era el “libro futuro”; y eso ha de comprender la filosofía futura…”[24]
Más cafés filosóficos, más dudas, menos sistemas a priori, más halos y penumbras alrededor de lo claro, menos clasificaciones.

En el 2018, se sigue pensando al respecto, en particular en lo que afecta al “pensamiento” de las computadoras y su inteligencia artificial. La cita es de Catherine Bateson tomada de How to be a systems thinker:
“Todos pensamos con metáforas de varios tipos, y utilizamos metáforas para manejar la complejidad, pero la forma en que los seres humanos usan las computadoras y la inteligencia artificial depende de sus epistemologías básicas, ya sea que estén acostumbradas a pensar en términos sistémicos, ya sea que estén interesados ​​principalmente en cuestiones cuantitativas, ya sea que estén acostumbrados a usar juegos de varios tipos. Una gran parte de lo que las personas usan la inteligencia artificial es para simular algún patrón fuera del mundo. Por otro lado, las personas usan un patrón en el mundo como una metáfora de otro todo el tiempo…
“Hasta hace relativamente poco tiempo, no se podía decir que las computadoras aprendieran. Crear una máquina que aprenda a pensar de manera más eficiente fue un gran desafío. En el mismo sentido, una de las cosas que me pregunto es cómo podremos enseñarle a una máquina a saber lo que no sabe, pero que podría necesitar saber para abordar un tema particular de manera productiva y perspicaz. Este es un gran problema para los seres humanos. Nos lleva un tiempo aprender a resolver problemas. Y luego nos lleva aún más tiempo darnos cuenta de lo que no sabemos todo lo que necesitaríamos saber para resolver un problema en particular, que obviamente implica mucha complejidad.
“¿Cómo lidias con la ignorancia? No me refiero a cómo se cierra la ignorancia. Más bien, ¿cómo manejas la conciencia de lo que no sabes y no sabes cómo saber al tratar un problema en particular? Cuando Gregory Bateson discutía sobre los propósitos humanos, ahí fue donde se involucró en el ecologismo. Estábamos haciendo todo tipo de cosas en el planeta en el que vivimos sin siquiera preguntar cuáles serían los efectos colaterales y las interacciones, aunque en ese momento estábamos pensando más en los efectos secundarios que en las interacciones entre procesos múltiples. Una vez que comienzas a comprender la naturaleza de los efectos secundarios, haces una serie diferente de preguntas antes de tomar decisiones y proyecciones, y analizar qué va a pasar.”[25]
En la cita, la antropóloga Bateson es consciente de las dificultades de cada caso, utiliza recursos y no se limita. Parece afiliada a la inteligencia artificial fuerte, aquella que sostiene que las máquinas “piensan” y aprenden a “pensar”. Sin entrar a comentar este importante debate, a las máquinas que se les introducen enormes cantidades de información, millones de casos históricos registrados (por ejemplo las que saben sobre ajedrez, go o póker – no dije “juegan”) capacidades enormes de procesamiento de casos, aplicaciones de distribuciones estadísticas, y producción de  outputs (soluciones a un problema- cuál es la mejor movida siguiente, cuál es la maniobra que mejor puede hacer un automóvil sin conductor).
Vaz Ferreira tampoco se autolimita. Se autoprecisa, en un Apéndice de Lógica Viva no habla luego de pensar por sistemas, o por razonamientos hechos de antemano como algo a excluirse mutuamente, sino como algo al  servicio de resolver un problema o sumar conocimiento[26].
Así, en 2016, a la máquina que venció al campeón mundial de go, la AlphaGo, rápidamente comprada por Google y retirada del circuito del juego go se le introdujo enorme info y capacidad de procesamiento y output estadístico, en cantidades enormemente mayores que las del campeón humano. Ahora bien, en el caso de un auto sin chofer ¿qué clase de moral deberán los humanos incorporarle? ¿qué sistema moral debería seguir para elegir si chocar contra una persona o chocar contra un ómnibus de pasajeros o una pared, en caso de una falla propia mecánica o electrónica?[27]
Desde luego, otros maestros pensaron en estas cosas durante el siglo veinte. Isaac Asimov en el cuento El hombre bicentenario introdujo unas humanas leyes de la robótica. Las Tres Leyes. [28]
Dos de cada tres textos de pensamiento contemporáneo incluyen en su lenguaje la palabra “modelo”, siendo el más repetido el “modelo de la política económica”, un pensamiento reduccionista que termina siendo incapaz de sumar datos y comportamientos que a los seres humanos concretos se les ocurren y rompen los moldes.
Otro ejemplo es el ya mencionado gusto por encajonar en cajones como
el socialismo , el marxismo, el estructuralismo, el posestructuralismo, el posmodernismo, el latinoamericanismo y muchos ismos más.
Hay un ejemplo muy repetido en el que el “sistema” cobra vida propia como un conjunto abstracto de leyes e instituciones, una estructura que se supone se aplica a las vidas y luchas de los humanos. Es el sistema.
Dice Vaz Ferreira: “¿Qué hay que hacer, pues? Sin duda, tener en cuenta los ideales, y tener en cuenta también las circunstancias prácticas; y equilibrarlos. “Pero ¿en qué grado? ¿De acuerdo con qué fórmula? Nadie la puede dar: eso se piensa y se siente en cada caso”.
Nos propone una lógica viva y una moral viva.[29]

 

Sobre “justo medio”, “eclecticismo”, etc.

“Muy importante” subtituló Vaz Ferreira aquí.
“De la reacción contra la unilateralidad, contra el simplismo en el pensamiento, etc., debe salir un modo mejor de pensar, más comprensivo, completo y amplio, que he procurado caracterice la tendencia de este libro.
“Ahora, cuestión: Qué relación tendrá esa manera de pensar que juzgamos mejor, más amplia, completa y comprensiva, con dos cosas; primero: con la tendencia a buscar, como suele decirse, el “justo medio” entre las opiniones; segundo, con la tendencia o escuela denominada “eclecticismo”, que consiste, como es sabido, en tomar de las escuelas hechas o de las opiniones sostenidas por distintos autores, “lo mejor”, y procurar combinarlo”.
“Una y otra, pues, tienen un mal común, esencial; y es el determinarse por posiciones hechas o sea buscar la verdad indirectamente. La verdad debe buscarse directamente[30]. Sin perjuicio de auxiliarse, en la busca o en la exposición, por opiniones, teorías o escuelas. Y sin perjuicio, todavía, de que éstas hayan facilitado nuestra investigación”.                                                                                   

 

Una breve conclusión

¿Por qué Vaz Ferreira se enseña poco y puede que mal, en liceo y facultad, y por qué no se ha creado una escuela y tradición en torno de su pensamiento?
Espero que este ensayo contribuya a visualizar una preferencia local para pensar por “sistemas”. Es curioso que haya además insistencia en mantener esa modalidad de pensamiento aún cuando esa mirada ha recibido severos golpes prácticos y está en retroceso en el mundo.

Agradezco los comentarios de José Miguel Busquets y Graciela Gómez Palacios.

 

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[1] Pido disculpas por la brevedad y obligada limitación de los comentarios que siguen en esta nota, los que pueden extenderse y debatirse si fuera demandado.
Se confunde a menudo a la “filosofía analítica” con la “filosofía del lenguaje” o “giro lingüístico” que atraviesa la filosofía contemporánea. Progresivamente, en la filosofía se ha ido abandonando el interés por los problemas “metafísicos” como “¿qué es la forma?” “¿qué es la sustancia?” por concentrarse en la práctica de expansión de conocimiento y resolución de problemas que se plantean los humanos, y no de cosas extrahumanas, a través de su expresión: el lenguaje. Hablar, conversar, escribir, describir, hacer imágenes y que todo ello tenga o no tenga sentido. Lo que caracteriza a la corriente analítica es su determinación de  transformar la filosofía- de mano de la lógica y el análisis del lenguaje – en una disciplina científica, “objetiva”, que permitiera la captación de la “verdad” y “realidad” de la mano de la lógica formal – con todos sus matices, avances y retrocesos. Como veremos, de la lectura de sus obras y de sus intenciones manifiestas, la lógica viva de Vaz Ferreira no caminaba necesaria ni exclusivamente por esos rumbos y pudo señalar errores o paralogismos cuando se busca esa “verdad objetiva”.
Eduardo Piacenza piensa que Vaz Ferreira fue excluído “de la conciencia histórica de los filósofos analíticos latinoamericanos, el hecho de que no hayan advertido que, tres cuartos de siglo antes que ellos, en América Latina hubo alguien que, justamente en su período más creativo, practicó por momentos, un estilo de filosofía muy semejante al que ellos pretenden cultivar hoy” y se pregunta en 1988: “¿Por qué en los tres cuartos de siglo largos que llevan de aparecidos, esos (sus)  textos, no obstante su potencial valor paradigmático, han resultado tan estériles?”, “y no fueron capaces de dar origen ni siquiera a una modesta tradición local”.  Ver Piacenza, Vaz Ferreira y el análisis filosófico: Notas sobre la precaria “normalidad” de la filosofía en América Latina en: http://www.vazferreira.org/textos/EST-COM%209%20PIACENZA.pdf
Alejandro Michelena hace lugar a la duda sobre el carácter de filósofo analítico de Vaz Ferreira en Un filosofar sin pretensiones absolutas. Ver: http://www.vazferreira.org/textos/ESTCOM%208%20MICHELENA.pdf.
El Profesor Miguel Andreoli en El pensamiento social y jurídico de Vaz Ferreira, Facultad de Derecho, UDELAR, 1993, observa que el papel que Vaz Ferreira le da a la interioridad y, en general, su enfoque de la relación lenguaje/ pensamiento lo apartan de la tradición analítica. En un libro posterior a su compilación – resumen o “pase de raya” a fines de siglo -  Ensayos sobre Carlos Vaz Ferreira, Facultad de Humanidades, UDELAR, 1996 (en adelante ECVF),  Andreoli se detiene en 2012 en la filosofía política de VF. Descriptivo, erudito, conecta a VF con autores contemporáneos, conectando acerca de Habermas, Rawls, Searle, Cohen, Elster y otros. Ahora bien, luego de la lectura, el lector no sabe cómo Andreoli ubica las amplias aperturas de VF dentro de los debates contemporáneos del siglo veintiuno, el valor del pensamiento de Kant al día de hoy, los desarrollos psico – lógicos, filosofía y neurociencia, la inteligencia artificial, la realidad y el lenguaje. Coloca una nota al pie que tiene interés para este trabajo: “Como es habitual en su pensamiento, Vaz Ferreira evita los pronunciamientos ontológicos, quizá por la preocupación de no caer en falsas sistematizaciones y otras falacias que acechan al pensamiento teórico en los niveles de más alta abstracción”, Nota 96, p.100, en Pensar por ideas a  tener en cuenta: elementos de filosofía política en Vaz Ferreira, CSIC, UDELAR, 2012.
Javier Sasso se pregunta sobre la pertinencia de que VF sea incluído en la corriente analítica. Comprueba que a VF no le interesa particularmente alcanzar la “realidad”, sino trabajar el conocimiento. Se apoya en una crítica anterior pretendidamente científica y errónea: “el pensamiento (que es, en su obra, sinónimo de realidad psicológica) se ha transformado en la única realidad que le interesa” afirmación desmentida por cualquier somero repaso de su obra en conjunto y vida.  (D. Castro y M.Langón, Pensamiento y acción en Vaz Ferreira, Fundación de Cultura Universitaria,1969). En sus conclusiones, Sasso le reprocha a VF no ser suficientemente analítico al no generar según él,  “estrategias – como la de aproximarse al concepto por la vía de la multiplicidad de sus usos”. Dejando de lado la cuestión “analítica”, no es convincente el reproche. En Análisis y penumbra: sobre la práctica filosófica de Vaz Ferreira, en ECVF,1996.
En línea con Castro y Langón, El Profesor Yamandú Acosta ve en el pensamiento de VF una filosofía no dura (blanda, débil), no fuerte, que no cambia “estructuras”. Interpreta que VF porta un pensamiento de clase: “la clave cultural  de la hegemonía de las clases medias la que supone ideológicamente mediaciones y aproximaciones entre los extremos ideológicos”, o en la cuestión de los problemas sociales se trata para VF de “reducir el mal”, lo que para Acosta “implica de suyo una renuncia a intentar suprimirlo”(sic).  Ver en Pensamiento uruguayo, Estudios latinoamericanos de historia de las ideas y filosofía de la práctica, Nordan, CSIC, UDELAR, Montevideo, 2010.
Carlos Mato ve una “estructura” en el pensamiento de VF: “esta estructura, 1) se apoya en una serie de proposiciónes a las que enfoca críticamente, 2) alude a un nivel superior de la cuestión que no presenta con el mismo rigor con que comenzó la crítica, 3) finalmente, el pensamiento se pierde en la ambiguedad”. Ver su ensayo en Vaz Ferreira, limitaciones y escamoteos de una filosofía, Praxis Nº 1, diciembre 1967. Mato, Castro y Langón y otros han influenciado hasta el presente en posteriores estudios sobre la obra de VF, desoyendo la sugerencia de éste de no pensar unilateralmente por sistemas.
El Profesor Enrique Puchet escribe desde los aires de 1972. Ver Vaz Ferreira: sobre individualismo y socialismo, Cuadernos de Marcha Nº 63.
Para Jorge Liberati, Vaz Ferreira fue un “filósofo del lenguaje” vinculándolo a la filosofía analítica de la primera mitad  y mediados del siglo veinte. Liberati no se priva de distanciar a Vaz Ferreira del denominado “pensamiento débil” sin argumentarlo: “la moral es un problema de entender bien, o sea de razón. Si VF viviera,.. muy probablemente denunciaría el vacío de razón de nuestra época, la irracionalidad imperante, el “adiós a la verdad” de Vattimo, al que induce  la moral relativista o del consenso de la posmodernidad”. Ver  https://revistas.ort.edu.uy/letras-internacionales/article/view/667 y Jorge Liberati, Vaz Ferreira, filósofo del lenguaje, Montevideo, Arca, 1980. Convencido de la actualidad de VF, Liberati escribe Preguntas de actualidad en ECVF, 1996

[2] En esta dirección y como ensayo histórico y politológico está el trabajo de Gerardo Caetano, Filosofía Política en Uruguay, Carlos Vaz Ferreira y la promoción del “republicanismo liberal” verlo en: http://www.scielo.org.ar/pdf/prismas/v17n1/v17n1a05.pdf  Caetano señala acertadamente en su ensayo en nota al pie que “Las ciencias sociales uruguayas perdieron de vista la influencia (y la utilidad o vigencia) del pensamiento de Rodó y de Vaz Ferreira. Debemos a Adolfo Garcé y a Gustavo de Armas la recuperación de esta idea fundamental”.

 

[3] Es justo recordar aquí la insistencia del Profesor Jesús Caño-Guiral (Filosofía antigua y griega) en estudiar los procesos históricos de la filosofía, sus tendencias, sus debates y contextos, en cómo encaró tal o cual filósofo tal o cual problema y por qué, a quién sucedió, con quién discrepó. Necesitamos más Caño-Guiral(es) para entrar a los debates de la filosofía contemporánea.
 

[4] “Yo creo que el promedio intelectual de nuestros profesores, no es inferior al de un país europeo; y hasta los conocimientos a veces no son inferiores tampoco. Lo que nos afecta es un estado de espíritu especial, que en parte depende del hábito, en parte dependerá, si ustedes quieren, de modestia; pero, sobre todo, depende de una especie de sugestión inconsciente  de nuestra incapacidad: estamos en un estado de espíritu en que no procuramos ni ver ni hablar por nuestra cuenta: estamos pasivos, estamos receptivos”. Vaz Ferreira, Moral para intelectuales, escrita en 1908, Volumen III de la Edición Homenaje Cámara de Representantes, Montevideo, 1957, Editorial Losada, 1962, p. 36.

[5] Renuente a mencionar con nombre y apellido al adversario en ideas, Vaz Ferreira no menciona a Joaquín Torres García y el rechazo que uno sentía por el pensamiento del otro. Pero sí lo hace Torres en su libro La ciudad sin nombre (Montevideo, 1941) Joaquín Torres García se autodefine siendo “Todo lo contrario de nuestro filósofo máximo nacional” en Indudable referencia a Vaz Ferreira como ha observado Juan Fló (en ECVF, 1996) quien  también menciona la versión de una irritada reacción de éste, en privado, ante otro libro de aquél.  Puede conjeturarse (Fló) que el libro sea La tradición del hombre abstracto, Montevideo, 1938, donde dice “La tradición de la civilización es la tradición del hombreabstracto.El bárbaro sólo vive en el hombre concreto, real”.

[6] Vaz Ferreira le entregó a Einstein una copia de su El pragmatismo en francés. La carta de Einstein también está en francés y su facsímil está publicada en Inéditos (Suplemento), Volumen XXV, Edición Homenaje de la Cámara de Representantes, 1963. Puede verse una traducción al castellano en http://federicolagrotta.blogspot.com.uy/2008/10/carta-de-einstein-vaz-ferreira.html . Einstein, quien no carecía de lecturas filosóficas, era un realista de las leyes físicas fundamentales a descubrir: para él el mundo real eran ellas - lo que no era compartido por VF como veremos – le objeta a Vaz Ferreira su crítica a William James.  Vale anotar que el  pensamiento realista físico sigue siendo sostenido por físicos cuánticos actuales como Carlo Rovelli. Ver su Siete breves lecciones de física, Anagrama, Barcelona, 2017.
 

[7] John Dewey,  La busca de la certeza, un estudio de la relación entre conocimiento y acción, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1952 (la primera  edición en inglés es de 1929)

[8] Ver Spinoza, el pragmatismo y el amor a la sabiduría, de Richard Rorty contra un Daniel Dennet cienficista,  y un texto útil sobre historia de la filosofía contemporánea que incluye las variedades de la filosofía analítica titulado Filosofía analítica y filosofía transformativa  en Filosofía y futuro, ensayos de Rorty, Gedisa, Barcelona, 2002. Ver también Neuroscience & Philosophy. Brain, Mind & Language, traducido al castellano como La naturaleza de la conciencia. Cerebro, mente y lenguaje, Paidós, Barcelona, 2008.

[9]  Aforismos, cultura y valor, Espasa Calpe, Madrid, 2007, p.88.

[10] La obra de VF se extiende a los “problemas sociales”, “propiedad de la tierra”, la “herencia”, el “mínimo social” (antecedente de la renta básica universal) y el “feminismo” entre muchos otros.  Podemos mencionar aquí el ensayo de Lía Berisso Carlos Vaz Ferreira y el mínimo social: una posición de avanzada, en http://www.actio.fhuce.edu.uy/images/Textos/10/Berisso10.pdf , de Andrea Carriquiry La crítica de Vaz Ferreira a la herencia, en
https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2018/4/la-critica-de-vaz-ferreira-a-la-herencia/  y de Fernanda Diab Fundamentación del derecho a la vivienda, en el libro Vaz Ferreira: en homenaje, compilado por José Seoane, CSIC, UDELAR, 2011. El Profesor Miguel Andreoli lamenta que en su compilación Ensayos sobre CVF, 1996 no haya logrado publicar un trabajo sobre Vaz Ferreira y el feminismo. Tampoco hubo una mujer que publicara entre los quince ensayos compilados. Aunque sí hay una tarea pendiente: faltan trabajos desde tiendas feministas sobre Vaz Ferreira y el feminismo.

[11] Para una comprensión del contexto filosófico de Lógica viva que Vaz Ferreira reconoce: “Por unos, en estrecha relación con el auge de las ciencias biológicas, era encarada la vida en su más genérica acepción, desde la vegetal y la animal, hasta la humana como su forma superior. Por otros, en su sola condición de vida humana, en lo que más allá de lo orgánico tenía de actividad espiritual; circunscripta así su “filosofía de la vida”, solapábase con la que, desde otro ángulo venía llamándose “filosofía de la acción”. Y tanto se identificaron ambas entre sí, que con frecuencia se las reunió - y se las reúne-  en una sola, con el
vo!untarismo de Nietzsche, el intuicionismo de Bergson y el pragmatismo de James a la cabeza: filosofía de la acción y la vida”. Arturo Ardao, Génesis de la lógica viva, Cuadernos de Marcha Nº 64, agosto 1972

[12] En su obra introduce el neologismo “psiqueo”, o la acción de “psiquear”.

[13] Dice Ardao: La concreta psicología del entendimiento – tal como éste se manifiesta socialmente en dificultosas relaciones con el lenguaje - , o sea lo que el autor llamaba la psico-lógica, vino a constituir un magisterio no sólo del pensar. Hubo de serlo también del sentir, y, en definitiva del actuar. Arturo Ardao, Génesis de la lógica viva, Cuadernos de Marcha Nº 64, Montevideo, agosto 1972.

[14] Mario A. Silva García, Vaz Ferreira y la problemática filosófica, Cuadernos de Marcha Nº 63, Montevideo, julio 1972

[15]  Ibidem, Cuadernos de Marcha Nº 63, pp. 40-41

[16]  Fermentario, Un paralogismo de actualidad, p. 149, Edición Homenaje Cámara, Montevideo, 1957.

[17]Investigaciones Filosóficas, Editorial Cátedra, Barcelona, 1988 traduce “actos”, Aforismos, Editorial Espasa Calpe, Madrid, 2007, traduce “hechos”.

[18] Ver el ya citado debate entre Bennett y Hacker (autores de la cita) y Dennett y Searle en La naturaleza de la conciencia. Cerebro, mente y lenguaje, Paidós, Barcelona, 2008, p.162

[19] Vaz Ferreira, Moral para intelectuales, pp.67-68, Losada, Buenos Aires, 1962. Confluyentemente con estas valoraciones de VF, el antropólogo y filósofo político Luiz Eduardo Soares reflexiona concretamente acerca del Poder Judicial, la verdad y la moral en http://www.librevista.com/conversacion-con-luiz-eduardo-soares-2.html

[20] El Profesor José Seoane, en su ensayo Demostrando por el absurdo (Observaciones sobre Vaz Ferreira) intenta sin convencer, en mi opinión, formalizar lógicamente las cuatro variables Verdadero, Falso, Con sentido, Sin sentido. Y tal vez pierde de vista la distinción que, para aplicar lógica VF hace entre el campo lógico matemático y el campo moral de pensamiento, por ejemplo. Le reprocha entonces no haber considerado “relevantes los espectaculares desarrollos de la lógica matemática para sus propósitos” y haber acudido al “instinto hiperlógico” influído por Bergson y James según el estado de conocimiento de entonces. El profesor Seoane admite que su crítica “posee su motivación en una constatación mucho más básica: la incorregible y radical inadecuación del lenguaje para capturar la vivacidad del pensamiento”. Tal vez nos esté diciendo que VF escapa en estos temas a la corriente de pensamiento analítica formalista que Seoane parece sostener. Y agrego, por mi cuenta, que VF sostenía que la lógica formalizada no solo no capturaba la vivacidad del pensamiento, sino además rechazaba la ontologización del lenguaje, esto es, la confusión entre axiomas, leyes, interpretaciones de lenguaje con las cosas “como son”, con la “realidad” de la cual se habla. Ver el texto de Seoane en ECVM, 1996.

[21] Wittgenstein dice en, tal vez el aforismo más citado y famoso de su Tractatus: Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen, De lo que no se puede hablar, mejor guardar silencio. Con el correr de los años, revisa su postura y escribe las Investigaciones Filosóficas, donde reivindica el uso del lenguaje.

[22] Caorsi intenta un ejercicio siguiendo al filósofo Hilary Putnam en un ensayo de 1957, acerca de una lógica trivalente. Cero, Uno y Un medio serían los tres valores (verdadero, falso, verdad intermedia) Este esquema es formalizable, pero Caorsi confiesa “no logro entender qué se quiere decir con un valor de verdad intermedio”, más aún “considero que no se puede sostener con sentido la existencia de un tercer valor de verdad”. Sin embargo, se da perfectamente cuenta que lo que VF sostiene es que no se puede transferir (trascendentalizar) sin consideraciones esa formalización lógica u otra a la realidad. Ver ECVF, pp.44-45.
El Profesor Mario H. Otero no está convencido acerca de que  la trascendentalización a las cosas sea una falacia y sostiene que VF es un “instrumentalista” de las ciencias. Si no entiendo mal: cuando dice “da risa pensar en la extensión de métodos fuera de su dominio original, a otros, como si fuera una falacia”. Sin embargo, creo que VF no se refiere a la extensión de métodos entre ramas del conocimiento, sino entre conocimiento y realidad. Ver ECVF,
pp.51-58. En diálogo con H. Putnam, Otero le reprocha con acierto al filósofo de Harvard el no ser consistente en cuanto a su realismo o antirrealismo (en lo que nos ocupa, lejano a Vaz Ferreira o cercano a Vaz Ferreira) Putnam vacila, Otero está más lejano a Vaz Ferreira que él,
aplicando el paralogismo de actualidad consecuentemente. Ver Constructivismo y realismo,  FCU, CSIC, 2000, pp. 205-216.

[23] Ver Richard Rorty, La filosofía y el espejo de la naturaleza, Cátedra, Madrid 2001, en especial el capítulo IV Representaciones privilegiadas, donde apoya ideas de los analíticos Sellars y Quine distanciándose del objetivismo del lenguaje, del isomorfismo de éste con la realidad, del espejo que el pensamiento humano sería de la realidad, de pasar a la realidad las expresiones del lenguaje (en términos de VF de aplicar el paralogismo de actualidad) Dice Rorty: “Desde el intento de Descartes de conseguir que el mundo fuera un lugar seguro para las ideas claras y distintas, y el de Kant por que lo fuera para las verdades sintéticas a priori, la ontología había sido dominada por la epistemología” p. 157.

[24] Ver las resonancias del “libro futuro” de Vaz Ferreira en el ensayo introductorio de Richard Rorty a su libro Filosofía y futuro en http://www.librevista.com/introduccion-libro-filosofia-y-el-futuro.html

[25]https://www.edge.org/conversation/mary_catherine_bateson-how-to-be-a-systems-thinker , ¿Cómo ser un pensador con sistemas?  18 de abril de 2018

[26] Aquí lo que se muestra es un énfasis, un subrayado por parte de VF: el evitar pensar por esquemas, el generar pensamiento dinámico y concreto. No parece entenderlo así el Profesor Yamandú Acosta: “la pretensión vazferreiriana de pensar los problemas “directamente” … no resiste el más leve análisis epistemológico: no hay pensamiento sin mediaciones. No obstante un realismo ontológico, desde el punto de vista gnoseológico el realismo ingenuo ha sido desplazado hace ya mucho tiempo por el realismo crítico para el que el conocimiento de lo real es siempre producto de condiciones de representación” Pensamiento Uruguayo, íbid. nota 46 p.75

[27] Ver Adrián Paenza, y su ensayo Dilema ético incluído en el libro La matemática del futuro,  Sudamericana, Buenos Aires, 2017, pp. 136-140

[28] Las Tres Leyes de la robótica: 1. Un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres humanos, excepto cuando dichas órdenes estén reñidas con la Primera Ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha protección no esté reñida con la Primera o la Segunda Ley. Isaac Asimov, Cuentos completos II, EdicionesB, Barcelona, 2009.

[29] Ver la convergencia de la “moral viva” con el ya citado Luiz Eduardo Soares, discípulo de Richard Rorty http://www.librevista.com/conversacion-con-luiz-eduardo-soares-2.html

[30] Ver nota 26

 

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