En tren de pensar en aborto

X Graciela Gómez Palacios

 

En tren de pensar en aborto se me ocurre que hemos pensado bastante en la vida o no del embrión y poco en la de la mujer. Por lo menos no lo he visto expuesto, tal vez porque las que podemos decir de ello nos lo hemos callado ¿por qué será? o comunicado en terapias que luego el profesional no puede decir, o con el hombre con quien se comparte la situación, que luego calla también. Siento un agujero allí e intentaré modestamente llenarlo con algunos sentires y piensos desde mí, tal vez luego pueda pensar en la voluntad y cómo ella se construye.

No voy a traer aquí la cuestión ética y moral. No la soslayo, personalmente me cuestionó sobre la actitud de pensar o privilegiar en “mi vida” y no “¿la vida?”. Enuncio vida entre signos de interrogación porque trae la discusión sobre cuando comienza la vida, si el feto es persona o no, cuándo se toma conciencia, cuándo tiene capacidad de sentir, si es ser humano y qué características le atribuímos al ser humano. Los argumentos en contra de la despenalización del aborto catalogan de asesinato a éste, al darle el valor de ser humano al feto.

Me detengo ahora en esta parte del problema, desde la mujer, que creo conocer y conozco por mí. Invito a lectoras y lectores a aportar al respecto.

¿Cómo se decide? Tal vez quienes están en contra de la ley que habilita la interrupción del embarazo piensan que no hay deliberación, valoración, etcétera, en las que decidimos abortar alguna vez. Yo no lo creo así. Seguramente nunca hay los mismos elementos en cada mujer que opta por hacerlo, pero no creo en una decisión liviana.

Implica mucho de nuestro cuerpo, de nuestra psiquis, de afectos, costumbres, represiones, verguenzas, miedos, tabúes y más que seguro, olvido.

Nos enseñan desde muy chiquitas las maravillas de ser mamá, que debemos mimar y querer los hijos, lo lindo que son los bebés y todas esas cositas que parecen tan lindas.

Luego sigue el formateo, los libros de la escuela le enseñaron a mi generación, mi mamá me ama, me mima, así aprendimos la letra M.

Es terrible la moda del día de la madre que debe ser homenajeada por haber sido la que dio de comer, limpió cacas y demás, ayudó en los deberes, lavó platos y cocinó con ganas o sin ellas, curó y cuidó dejando ratos de ocio o producción personal. Parece que eso hay que aplaudirlo y deificarlo.

Pintores, poetas, músicos y ríos de inspiración para seguir metiendo en nuestros cuerpos y mentes la maravilla de ser mamá.

Lo biológico nos determina un poco más todo esto que digo.

La ley nos penaliza.

¿Cómo escapar a esto sin sentirte una gusana sin sentimientos, traicionando todo lo impuesto por lo biológico y mandatado por la cultura y la sociedad?

¿Y si se complica? Voy al hospital, sanatorio, la infección, el legrado…

¿Y si me descubren? Voy presa, soy delincuente….

¿Y si se equivoca? Quedo estéril….

¿Y si se pasa de anestesia? Me muero…

¿Y……..?

Se juega entonces entre el ser, el deber ser, los deseos y lo posible.

Mi ser y me deber ser me indicaban seguir adelante con un embarazo que traté de prevenir.

Mis deseos, algunos me indicaban seguir, otros me indicaban no es posible ahora.

Mi compañero no estaba de acuerdo pero respetó mi decisión.

No voy a creer que mi experiencia sea la de todas y cada una, sí estoy cierta que cada una de las que abortamos debimos superar esa tremenda tensión, este enorme esfuerzo psíquico y físico para superar una realidad a veces hasta hecha con amor.

Lo posible entonces se impuso, sentí que no era bueno para mí ni para mi entorno y decidí no seguir adelante con ese embarazo. Casi sin saber, siempre hay alguien que sabe dónde, pero nadie te dice cómo fue ni cómo se siente ni el qué te deja. Sólo te dan la dirección, no se habla mucho de la experiencia ¡tanto silencio!

Ahora existe una pastilla que en parte aliviana el proceso de búsqueda de clínicas o lugares buenos, malos o más o menos pero no anulan todos los otros procesos de sientos y piensos que nos atraviesan.

Casi siempre te preguntan cómo te fue, no cómo te sentís, aun con el más cercano o cercana se hace un pacto de silencio, no se habla o se habla poco, el olvido se hace necesario para superar el esfuerzo, la transgresión a la biología y lo societal-cultural.

El olvido siempre necesario para superar el dolor, pero no el silencio que ahora se ha roto personal y socialmente ¡al fin!

Pude hacerlo en buenas condiciones gastando como todas ahorros muy preciados, esto a diferencia de muchas otras que me fui enterando después y de mil leyendas y realidades que en ese momento se deben anular para seguir con la decisión tomada. ¿Cuánto esfuerzo, cuánta energía, valor, vergüenza, amor, rechazo, temor, en ese acto catalogado livianamente por algunos y algunas de ¡asesinato!?

Todo anduvo bien, seguí disfrutando de mis maternidades elegidas así como también esa fue mi elección, sin sentirme víctima, elegí, opté, decidí con mi historia, mis limitaciones, mis afectos, mis por qués, esa fue mi libertad, ni igual ni comparable a ninguna otra .

Trabajar, libertad….

Pienso entonces que la habilitación que se ha dado a través de la propuesta de una Ley de Salud Sexual y Reproductiva que incluye lo educativo, lo preventivo, la responsabilidad de varones y mujeres y además la despenalización del aborto va a quitar ese aspecto de criminal, de penalizacón legal que hoy existe y reducirá, al menos en parte el daño que hasta ahora implica tomar la decisión de abortar.

No perseguirá más a aquellas que lo hagan ¿y si voy presa…? ya no estará en los sentimientos de las que decidan interrumpir su embarazo.

En cuanto al cambio en lo social, en el imaginario colectivo permanecerá por mucho tiempo la sanción al aborto como acto criminal y tomando algo de un texto de Negri, creo que cada una y cada uno deberemos ser militantes, es decir, personas capaces de identificar hasta el final las miserias del mundo….y organizar a partir de estas formas procesos de liberación, precisamente porque participan en todo eso….

No bastará con la sanción de la ley ni esperemos que las estructuras administrativas penales, sanitarias y demás cambien el imaginario construído en torno al tema aborto, deberemos ser esas y esos militantes porque participamos de todo eso.